PUERTO CORTÉS. Las Zonas Especiales de Desarrollo y Empleo ZEDES y su politización son ahora la nueva sensación en Honduras.
La politización de las ZEDES fue evidente desde que el Partido Nacional saliera a desempolvarlas públicamente unos meses atrás proponiendo mediante sus voceros que serían la solución a todos los problemas que aquejan al país, cuando el mayor problema son ellos mismos.
Ni corta ni perezosa, la mal llamada oposición salio en «defensa de la soberanía nacional», claro que casi once años después de la aprobación de las ZEDES en aquel repugante congreso dirigido por JOH.
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Con el afán de mostrarse aún aliados del pueblo, muchos políticos de oposición no han dudado en salir y tomarse un par de fotografías en las calles abrazando pancartas en contra de las ZEDES.
Sin embargo la única lectura real que nos queda es que no tienen poder de convocatoria ni credibilidad.
Solo el pueblo salva al pueblo
Como era de esperarse la única posibilidad de hacer retroceder los planes de balcanización de quienes mueven los hilos en este país es el pueblo.
Un pueblo al que le robaron incluso la fe y la esperanza de un cambio profundo y verdadero y que de alguna manera se mantiene firme soportando los embates de la polarización.
La politización de las ZEDES es hasta cierto punto repugnante, pues en su desesperación por recuperar la confianza de quienes los llevaron al congreso con su voto, muchos de los diputados y diputadas de oposición que buscan reelegirse lo han tomado como bandera y han sacado la lucha del Congreso a las calles.
Esto ha llevado a muchos hondureños a preguntarse por qué en ocho años de estar sentados en un curul no hicieron lo mismo con otras situaciones iguales o peores que las ZEDES, como la privatización de la Empresa Nacional Portuaria, por ejemplo.
Por lo que los actuales diputados y políticos que han tenido cuota de poder o al menos burocratica la llevan de perder.
Pues si las ZEDES retrocedieran solo con las acciones de protesta entonces quedaría evidenciado lo inútiles que le han sido al pueblo en los últimos ocho años.
Y si no pasa nada y la dictadura continua avanzando hacia el desmembramiento del país, seguirán siendo los inútiles que son minoria en el Congreso.
