PUERTO CORTÉS. Este 15 de septiembre Centroamérica celebra 200 años de independencia pero también se conmemora la interrupción de el sueño de Francisco Morazán.
Sin lugar a dudas el destino de los paises centroamericanos está atado y entrelazado entre sí. Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica están eternamente condenados a ser un solo país.
No se puede ser o sentir morazanista si no se siente a Centroamérica como una sola patria, una sola nación.
La historia nos enseña que las ideas unionistas se mantienen en pie en cada rincón centroamericano, siguen a flote en el corazón y la idiosincrasia de nuestros pueblos.
Pero también es la historia la encargada de enseñarnos que no fuimos los pueblos los que decidimos la desintegración, sino las familias oligarcas de cada provincia.
Es la historia la encargada de enseñarnos que Morazán somos todos los centroamericanos y que el anhelo de ser una sola república sigue latente en nuestro ADN.
Con el asesinato de Francisco Morazán, las oligarquías pretendieron enterrar el sueño de unión y liquidar cualquier intento a futuro.
Sin embargo no tuvieron el éxito esperado, pues son las juventudes centroamericanas quienes reclaman hoy en día la integración total.
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Falsos nacionalismos y países decadentes
La mayor estrategia utilizada por los enemigos de la integración siempre ha sido acudir a los falsos nacionalismos y el fervor patrio.
Pero es necesario recordar que cuando se firmó el acta de independencia se hizo como una sola región.
Todo esto sucedió incluso luego de la anexión y posterior separación de México, llevándonos a resurgir al mundo como la República Federal de Centro América.
Con la desintegración se da paso a los actuales estados que conocemos hoy, una jugada oligárquica, cuyo objetivo era repartise el pastel y mantener el control.
Los países centroamericanos aún no entendían lo que pasaba. E menos de 20 años se habían independizado de dos imperios y de una república federal.
Honduras, fue uno de los más afectados, pues siempre había sido una provincia y no tenía las bases para ser una república. Esto facilitó las cosas para la oligarquía hondureña, que desde siempre se mostró como la más recalcitrante de la región.
El resultado de la desintegración centroamericana para Honduras fue devastador, pues se convirtió en un pueblo apático y sin interés de autodeterminarse por muchos años.
Sin la mínima idea de lo que era ser un país, fue dando tumbos hasta encontrar un nuevo imperio al cual aferrarse y del cual depender.
Claro, aferrarse a un nuevo imperio a costa de nuestra soberanía, de nuestro territorio y de nuestro derecho a ser libres.
¿Como sería Centro América unida hoy en día?
Si la integración se hubiese mantenido y Centro América siguiera siendo un solo país, sería uno de los más grandes e importantes del continente.
Si los 5 países que originalmente conformaron la Repúbica Federal de Centro América se reunificasen tendrían un territorio de 423 mil kilómetros cuadrados.
La densidad poblacional sería de unos 45 millones de habitantes y su PIB 387 mil millones de dólares, una economía similar a la de Dinamarca.
Centro América unida sería una potencia, no solo en el continente americano, sino a nivel mundial.
A pesar de cumplir 200 años de historias separadas y de destinos forjados de manera independiente, el sueño de Morazán sigue vivo y la identidad como centroamericanos aún permanece.
